lunes, 24 de abril de 2017

Los imperdibles de la Feria del Libro

Cómo es de cool la cooltura y cómo es de duro el periodismo: hay demasiados eventos culturales como para hacer un cubrimiento decente de cada uno. Por suerte, la vara de los medios en Colombia no está nada alta, lo que implica que hacer algo “decente” resulte relativamente fácil: basta con no cometer errores de concordancia y ya. Como llegó otra Feria del Libro de Bogotá, que para que suene aún más cool le dicen FILBo, quisimos ayudar a los periodistas que no saben qué libros recomendar esta vez publicando la guía que utilizan los medios para hacer sus listas de recomendaciones cada año. Esperamos que este tutorial facilite la labor de los periodistas coolturales, pues el periodismo no tiene por qué ser un trabajo exigente.

En esta Feria del Libro, recomiende:

Dos o tres libros nuevos de autores del canon
¿Ha oído hablar de algo que llaman canon? ¿Le suena aburridísimo? Puede que lo sea, pero con estos libros va a la fija: no necesita leerlos para que su jefe y sus colegas admitan que cada una de estas recomendaciones es un acierto (ellos tampoco necesitan leerlos para afirmar que son imperdibles). Se trata de los autores recomendados en cada medio de Colombia y el mundo, esos que todos aclaman. Piense en novedades o reediciones de Coetzee, McEwan, Murakami, Houellebecq o Vila-Matas. Y lo mejor: usted no debe hacer ningún esfuerzo por desarrollar un criterio propio, basta con copiar y pegar lo que diga Wikipedia que dijeron en El País de España para reseñar estas sobras.

El de su viejo amigo
Todo periodista viene con una novela debajo del brazo. Ese redactor que renunció hace años a su trabajo para ir a hacer una maestría en escrituras creativas en Culombia o en Enuaiú o en El Paso encontró el tiempo entre echada y echada de paso para hacer una tesis de grado di-vi-na que le encantó a un editor (que, por pura casualidad, también es amigo del redactor) ansioso por encontrar nuevos talentos narrativos hasta en las galletas de la fortuna. ¿Cómo no recomendar en su publicación el trabajo de grado de su viejo amigo? Si no le gustó o no lo entendió, incluso puede elogiar la portada. Y listo. El oficio más lindo del mundo es más lindo cuando se puede promover a los amigos y usar un hashtag creativo como #AbrilTodoAMil o #FelizDíaDelLibroPublicadoPorMiAmiwis.

El del comunicado de prensa
¿Su jefe le pidió que recomendara diez, veinte, cincuenta libros? Es una locura… ¿así quién tiene tiempo de alimentar su ego en redes sociales o de alcanzar el nivel ochocientos de Candy Crush? ¡Ni siquiera James Rodríguez! Pero no se preocupe: entre la necesidad de vender libros en las editoriales y su necesidad de llenar páginas existe, gracias al cielo de los emails, la bella costumbre del copy-paste (que, como todo, suena mejor en inglés). Además, así usted está ayudando a la generación de empleo: ¿de qué otra forma se justifica el trabajo de alguien en una oficina de Pi Ar que resume las contracubiertas de los libros en un correo electrónico?

Los del país invitado
Una búsqueda rápida en Google le arrojará los nombres de los autores favoritos de los lectores del país invitado. No se deje llevar por su criterio, guíese mejor por las ventas y los premios: si tal autor ganó el premio más prestigioso de su país, recomiéndelo a ojo cerrado, y si ha vendido muchos libros debe ser porque las publicaciones de su tierra han seguido los consejos de esta guía y lo han recomendado cada vez que han podido. Y si lo recomiendan en las publicaciones de otro país, ojalá europeo, ¿por qué no lo iba a recomendar usted, aun sin haberlo leído? Recuerde: lo importante no es recomendar las lecturas que a usted le gusten, sino sumarse al coro. 

Los de los favores
Como usted bien lo sabe, en el periodismo, como en cualquier otra mafia, los favores son una moneda de cambio. Los periodistas siempre están escribiendo libros, y si esta feria coincide con el lanzamiento de un periodista (que se cree) famoso, lo más correcto es que usted haga lo propio: recomiende los libros de sus colegas como si Hiroshima nunca hubiera sido escrito. Qué importa que el libro de este maestro sea una entrevista insoportable o simplemente la repetición de lo que repite en su columna que es una repetición de lo que dice en cada entrevista que es una repetición de lo que dice la gente en Twitter: usted no está donde está porque sabe quedar bien con sus lectores, sino con otros periodistas. No le dé vergüenza: compárelo con Capote, con Kapuscinski, con John Oliver… y no olvide usar el hashtag #grande cuando lo postee en Twitter.